lunes, octubre 03, 2005

Acerca de mi amigo G

Mi amigo G ahora vive en Italia. Estudia allá una especialización en comunicaciones ópticas. Pero eso no dice mucho de él, como suele pasar con los títulos, los estudios y las localizaciones geográficas. No dice mucho de él desde la óptica que realmente importa.

Creo que era 1997 cuando lo conocí. Un trabajo de inglés fue la excusa para el inicio de una amistad muy sólida. La base: intereses vitales muy semejantes e intereses profesionales muy distantes. Creo que en aquellos tiempos, de la mano de mi viejo amigo G, descubrí cuales eran las cuestiones que realmente me resultaban inportantes.

Yo, que siempre gusté de la literatura, de la prensa, de la política, de las artes, en general entendía entre poco y nada del mundo de la ciencia y la tecnología (en el que sinembargo me hallaba inmerso). Siempre leal a las matemáticas y las físicas (¡cómo disfruto de los números en tanto son abstractos y sin aplicación inmediata!) había empezado a sentir cierta animadversión por los equipos (defecto grave en un ingeniero). Pero allí estaba G.

Ver a G. frente a un computador, tarjeta, chip o sistema, es una de las cosas más maravillosas sobre la tierra. Él no suele transmitir temor (que en mi caso es la realidad) sino una pasión desbordante, un amor infinito al conocimiento, una entrega total a lo que le resulta hermoso. Verlo a él frente a un equipo no debe ser nada muy diferente a ver al gran García Márquez escribiendo o a Zinedine Zidane jugando fútbol).

Entonces, sin yo ser un apasionado por la técnica y los aparatos, aprendí a valorar todas las actividades humananas. Aprendí a ver que la escritura de un poema y el mantenimiento de un computador tienen algo que ver. Son actividades hermanadas por la pasión.

Eso sin mencionar los boomerangs, la gran afición de mi viejo amigo G. Su padre le enseñó desde muy joven a labrar cosas en madera. En el patio de su casa, en Popayán tiene todo un equipo para fabricar cosas en madera. Y la gran mayoría de veces esas cosas son boomerangs. Grandes o pequeños, de dos o tres aspas. Pintados o sólo barnizados...

Algunas veces lo acompañaba a lanzarlos (actividad más o menos suicida si se tiene en cuenta que los boomerangs vuelven) e icnluso traté de aprender su técnica, pero no tuve muy buenos resultados (creo que la poca musculatura de mi brazo tenía que ver). Sin embargo, en los mágicos atardeceres de Popayán, era bueno olvidar mis errores y mis "circuitos" viendo volar un bomerang de luz intermitente... (No faltaba el niño que quería comprar el boomerang o el perro que quería atraparlo... así son las cosas)

A mediados de 1998 mi padre sufrió un accidente, que luego de tres semanas de aparente recuepración lo condujo a estado de coma. Mi mamá y mi hermano me llamaron un domingo a decirme que debía viajar a Barranquilla (donde estaban ellos acompañando a papá) pues estaba muy grave. Como el día siguiente era festivo (20 de Julio, día del grito de independencia colombiano) y en esos días la banca colombiana no facilitaba mucho las transferencias, me ví sin dinero para viajar. Mi amigo G. estuvo listo a ayudarme prestándome el dinero (realmente su padre y él) para viajar.

Al día siguiente estuve en Barranquilla visitando a mi padre por última vez. Pasado otro día, antes de que el horario de visitas se abriera, papá murió.

Fue un golpe muy duro, pues papá era "mi heroe", mi "modelo". Y pues a los 17 años no es el tipo de situación que uno espera tener que afrontar. Pero gracias a mi amigo G. pude darle un último abrazo a mi padre ese 21 de julio. Eso es algo imposible de olvidar.

Hoy, todo parece tan sencillo... tarjeta de crédito, transferencia via web, transferencia teléfónica, etc... pero en ese instante del espacio tiempo la salida fue mi amigo. Mi "hermano". El que siempre ha estado allí para dar la mano.

Luego, vendrían muchas cosas. La época de la guitarra, y los ensayos en que jugabamos a seguir a Francis Cabrel o a Eckimosis (el que entonces era el grupo del que hoy se llama Juanes), la Palomita Blanca de Juan Luis Guerra que él le dedicó a su amada...

Cuando se fue para Italia me dejó su guitarra, para que se le guardara. Y ese es sin duda, el mejor siímbolo de una amistad de varios años. O por lo menos compite con el boomeang de pasta que nunca voló, y que yo insisití en guardar como reliquia (no eran muchos los boomerangs defectuosos que hacía mi amigo).

4 Comments:

At 5:40 a. m., Anonymous Anónimo said...

Los amigos verdaderos, que abundan poco la verdad, son una de las mejores cosas de esta vida. Sabes que te veas con el mucho o poco, siempre andarán ahí para cuando los necesites, y sabes que aunque no haya mucho roce por la distancia o por lo que sea, esa amistad nunca cambiará.
Supongo q en los malos momentos es cuando se descubren realmente los verdaderos amigos de los que son solo conocidos o estan por interes.
Cuida esa amistad, vale un tesoro.
Un saludin
chau

 
At 7:54 a. m., Anonymous Anónimo said...

Ahora me tengo que ir y no puedo leer tu largo post (en otro momento me paso). Quería decirte que The Strokes saca nuevo disco en unos días(por si no lo sabías). Ah! Travis son un poco ñoños para mi gusto (aunque tienen canmciones muy bonitas) pero Pet Shop Boys son ya casi un mito.

Un abrazo Raúl

 
At 10:40 a. m., Anonymous Anónimo said...

Vaya Raul que has rememorado los origenes de nuestra amistad con algo de detalle, creo que recuerdo el trabajo de Ingles, y el de Informatica con Vidal! bueno, la vida esta llena de esos pequenos nudos en la garganta que me produce el leerte de nuevo. Gracias por acordarte de estas distancias que nnos separan y sobre todo, de publicarlo en anonimo!!

 
At 11:33 a. m., Anonymous Anónimo said...

Tienes suerte, los buenos amigos no abundan y por lo que veo, easte será tu amigo durante toda la vida.
Un abrazo

 

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