domingo, octubre 30, 2005

La magia de la palabra hermano

De mi amigo Ulises aprendí tantas cosas, que empeñarme en listarlas significaría un esfuerzo titánico, condenado a quedar incompleto. Por eso, me voy a centrar en la más sencilla, pero a la vez, como suele pasar, la más grandiosa.

Eran nuestros tiempos de paros y protestas estudiantiles en la Universidad (Pública) del Cauca. Siempre estabamos metidos en la contradictoria labor de generar actividades constructivas en medio de las desbordadas pasiones del inconformismo juvenil, del que por cierto, también teníamos mucho.

Tiempos en que la palabra "compañero" retumba aún en los pasillos, a pesar de estar a más de treinta años y muchísimos kilómetros del Mayo del 68 francés.

Y entonces Ulises solía saludar: "¿Que hubo hermano?". Y a mi me gustó tanto la palabreja, que hasta hoy no he podido renunciar a ella.

Es que uno le puede decir hermano a todas las personas, con la tranquilidad de que no hay una connotación ni discriminatoria ni elogiosa. Hermano al compañero de trabajo. Hermano al compañero de estudio. Hermano al cliente (con el perdón de mi jefe, pero es que uno les toma confianza). Hermano al vendedor ambulante que le habla a uno en la calle. Hermano al conductor del bus. Hermano a mi único hermano de sangre, el gran Javier.

Es tan distinta a la fastidiosa palabra "Doctor" que se tomó a colombia de manera fulminante. Es que por acá no es necesario ser PHD para exigir el título de doctor. Incluso, algunos PHD con los que he tenido contacto, se molestan por que uno les dice señor. Nos obsesionan tanto los títulos.

Ignacio Ramírez, anciano profesor de filosofía católica, con el que no hablo hace mucho, y al que hoy le tengo más admiración personal que ideológica, decía que hablar mucho de los títulos destruía la confianza. Y yo creo que sí. Por que los títulos no significan nada, si no se traducen en obras para hacer del mundo un mejor sitio. Si el otro no siente placer al vocalizarlo. Cómo cuando un anciano profesor disfruta del honor de ser llamado Maestro, por el cariño y respeto de sus estudiantes.

Así, prefiero hablar de hermanos. Porque así habla ese gran tipo que es Cristo. Porque así uno se acuerda que todos somos de la misma carne. Que todos lloramos las mismas lágrimas.

Entonces yo recuerdo a Ulises, diciéndole hermano a mi ahijado, y a mis primos, y a los niños de cuatro años. Diciéndole hermano al limosnero, al colega y al taxista, . Y recuerdo así la utopía que nos movía entonces y que nos mueve hoy, a los integrantes del ya viejo Consejo Estudiantil de la Facultad de Ingeniería Electrónica y Telecomunicaciones de la Universidad del Cauca. La utopía de construir nuevas reglas para hacer del mundo un mejor sitio, pero con esfuerzo y entrega. No sólo con protestas e inconformismo.

Se que algunas personas, la palabreja no les gusta, o les parece "ñera" (colombianismo por callejera, o "de limosneros"). Pero a mí, además de parecerme un fuerte vínculo con uno de los amigos más admirables que tengo, me hace sentir lejano a los estereotipos y un poco menos secuestrado, en esta sociedad plagada de apariencias.

(Los invito a leer algunos post viejos en http://viejosepisodios.blogspot.com)

(Estoy escuchando The Boulevard of broken dreams, de Greenday, mientras escribo este post, y me parece que esos músicos, en la distancia, también son mis hermanos)

10 Comments:

At 7:05 a. m., Anonymous Anónimo said...

No tiene por qué molestar a nadie, si os hace sentir bien, y os sentís mejor, es perfecta ;)

Un abrazo.

 
At 9:54 a. m., Anonymous Anónimo said...

Yo la uso, para quienes son muy cercanos a mí, pero no tanto como Ulises y tú. Así, llamo hermano a mis hermanos de sangre, a algunos de mis primos, y a algunos de mis amigos... De los títulos, cualquier profesor puede serlo, pero no a cualquiera podemos llamarle Maestro, eso requiere algo que no da ningún título, más que los años... Y yo guardo buenos recuerdos de muchos de ellos. Saludos desde Guadalajara.

 
At 1:12 p. m., Blogger Matías Zelick said...

Molesta más la gente que exige que le llamen por su título. ¿Que quieren compensar? Saludos desde Guadalajara, hasta Colombia.

 
At 9:56 p. m., Blogger fredmobi said...

"hermano" me parece bien. Sin embargo no olvidemos que la palabra mas dulce que una persona puede escuchar es su propio nombre!.

 
At 9:34 a. m., Anonymous Anónimo said...

Esta palabra me parece demasiado personal y su uso por lo tanto, de gran significado. Quien se gana el privilegio de ser llamado "hermano" (claro, a menos que sea de sangre) es alguien sin duda realmente valioso.

 
At 11:40 a. m., Anonymous Anónimo said...

La palabra hermano es muy bonita, pero desgraciadamente no creo que todo el mundo la merezca, hay que ganársela.
Un beso

 
At 2:53 p. m., Blogger Luis Caboblanco said...

Hola Raúl. Como bien dices, en esta sociedad plagada de estereotipos hay que agarrase a los sentimientos.

un abrazo

 
At 4:40 p. m., Blogger Gema said...

Hola Raúl,
ya el trato a veces es muy meticuloso, pero yo pienso que si todos fuésemos capaces de ver a los demás como semejantes no habrían estos problemas que se dan. Una palabra bastante bella la de hermano, más allegada que cualquier otra. Ójala que no hubiese tantas distinciones en esta vida y nadie mirase a los demás por encima del hombro, con la educación que recibimos cada persona, yo creo que esa es una de las normas básicas, respetar a los demás.
Un saludín

 
At 8:25 p. m., Anonymous Anónimo said...

Es una palabra, que guarda mucho para mí, solo la uso con ciertas personas que estimo mucho.
Los títulos nobiliarios son solo una palabreja, el título de doctor suena bonito cuando te lo dicen te enaltece mucho, pero bah que solo es una palabra nada más, como rey de Francia o duque, o baronesa, tan solo es una palabra descriminatoria en lo personal. Pero no basta con tener el título hay que saber ganarselo.

un abrazo desde Morelia

 
At 8:17 a. m., Blogger Sol.. said...

Despues de leerte, me queda mucho que pensar.. tal vez ahora mismo este siendo devorada por alguno de los estereotipos que tanto les gusta a la sociedad actual.. y que si una no esta atenta, le pasa lo que temo que me esta pasando a mi.
Ojala hayas alcanzado a salvarme..

 

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