martes, agosto 30, 2005

Poesía 13

(Pasea con sus manos hechas tierra y conoce el hogar de las abejas)
Se refugió de la sequedad en una tormenta.
No olvidó ningún olor y lloró por todos los caminos fracturados.
Decidió oir las razones de la noche y obsequiarlas.

(Duerme con los ojos en los montes y rinde su color ante un arbusto)
Hizo petalos de la sombra de un cordero.
Memorizó los gestos de temor y las venturas de los riscos.
Concertó una cita con el rumor de un valle y un águila.

(Mira reacio los bailes de la noche y el nectar de la espuma )
Rezó a tres hombres que se odiaron siempre.
Pisó canteras que creyó malditas y huyo a su huerto.
Compartió una cena con un proscrito.

(Sus carnes son raíz de la veleta y hogar de la penumbra)
Guardó una imágen de guerreros sórdidos.
Buscó una rueda para apoyarse y no perderse.
Bebió del río donde terminé mis sueños.

lunes, agosto 29, 2005

Ensayo

Hoy he invertido buena parte de mi día en hacer este ensayo (que me tenía un poco angustiado,
para ser sincero) No quería pasar el día sin colgar algo, así que, confiando en no aburrirlos, a continuación transcribo mi sufrido ensayo sobre...

La importancia de la lectura en las sociedades en conflicto

Creo que la clave para que un pueblo saque el mayor provecho de los conflictos que inevitablemente acompañarán su historia, está en la confluencia de dos elementos: el sincero interés de los individuos por entender a las otras personas y la formación de los ciudadanos para hacer lecturas creativas y profundas de los planteamientos existentes.

Pienso que una sociedad dispuesta a escuchar nuevas teorías y nuevas explicaciones de sus coyunturas, tiene muy buenas posibilidades de salir bien librada de sus crisis y de sacar el mayor provecho de los enfrentamientos de todo tipo que se den en su seno.

Tengo la convicción de que un pueblo donde todos piensan y deciden su futuro, incrementa sus opciones de llegar a un momento histórico con el que realmente se sienta identificado. Es decir, lo más cercano a la felicidad colectiva que yo puedo concebir.

No se trata de negar el conflicto. Éste ha sido un motor irremplazable del desarrollo de un pueblo. Se trata de obtener el mayor beneficio de él, a pesar de las tensiones que pueda generar. Se trata de aceptar que por más que un imaginario colectivo parezca cobijarnos a todos, somos por naturaleza deliberantes y deseosos de tener el destino en nuestras manos. Los humanos no disfrutamos ni de las imposiciones ni de las vidas prefabricadas. Queremos hacer nuestro aporte al edificio intelectual del pueblo que integramos.

Pero para poder participar y crear, una persona debe estar en capacidad de leer y entender, desde su entorno inmediato, la información que lo lleve a develar otras realidades. Sólo así podrá cuestionar el sistema que lo gobierna, hasta la raíz y con criterio. Mediante una cultura general que involucre el conocimiento de otras sociedades, de sistemas antiguos y de esquemas ideológicos de vanguardia, una mente está en capacidad de producir propuestas útiles, partiendo del equilibrio entre la innovación y el estudio.

Se trata de canalizar al conflicto, al igual que a un caudaloso río. De poner todo su potencial a trabajar por un futuro mejor. De que una sociedad ponga en manos de sus integrantes, sin reservas, la resolución de su futuro. Se trata de sacar el diálogo intelectual de las altas esferas y de las elites. De llevarlo a las escuelas, a las universidades, a los institutos técnicos. De volver la democracia una preocupación de la vida cotidiana, como lo son el deporte o la salud. Se trata, en últimas, de incentivar el escepticismo. Un sistema sano no debe temer al juicioso examen de una mente joven y bien preparada. Al contrario, debe acudir a sus reservas intelectuales más preciadas: desde los sabios ancianos hasta las nuevas mentes que entran al continuo debate intelectual.

Cuando una sociedad no genera espacios de participación confiables, la agresividad y la sangre se van tomando la vocería de las ideas. Y de la misma manera que un potente río cuando se desborda, lo que pudo haber producido vida y progreso, termina convertido en un arma letal, cuya única esencia es la destrucción y la fuerza bruta.

La adecuada interpretación de una sociedad, evita (o al menos minimiza) los episodios violentos. Un pueblo que logra conocerse a sí mismo, sus fortalezas y debilidades, sus vacíos, sus potenciales, sus sueños, sus temores y sus referentes, está dando pasos decisivos hacia un mejor futuro.

Por otro lado, un grupo de personas que participa activamente en la construcción de su porvenir, crea lasos más sólidos entre sí, pues el ser parte de una obra genera compromisos profundos. De alguna manera, definir el rumbo de un país, es un trabajo en grupo de enormes proporciones. La idea es que ningún ciudadano se sienta como el integrante que no puede aportar, o el menos importante.

El objetivo es reconstruir la autoestima de un pueblo, que ha sido herido gravemente (en el caso de Colombia), no sólo por las balas, sino por decepciones de toda clase. De devolver el destino individual a las manos de sus propietarios, para que estos puedan ejercer de manera satisfactoria el derecho a la vida.

Las lecturas ayudan a sacar un mayor provecho de los conflictos y a evitar que se desborden. Leer al otro. Leer al grupo, leer el entorno, leer al mundo son actividaes importantes. Nadie puede salir igual después de haber ejecutado sinceramente estas importantes tareas.

La lectura es la interpretación misma del mundo, pero al tiempo, es la individualización por excelencia. El culto a la mente. Por eso, quien se enamora del pensamiento nunca recurrirá a un arma para acallar a otra persona.

jueves, agosto 25, 2005

El arte de mirar

Voy por las calles tomando notas mentales. Sonriendo a las personas cuya mirada se cruza con la mía, mientras esa grabadora implacable que es mi mente guarda historias, ambientes, situaciones e ideas a toda velocidad.

Quiero creer que nací para ser periodista. Pero soy conciente de que "eso que soy" es bastante complejo, y que encasillarlo dentro de una profesión sería un error.

Necesito camino. Experiencias. Más sol sobre la piel, por más horas al día. Más errores, tal vez. Y claro, siempre, más sonrisas.

Parte de mi recorre la ciudad con los recicladores que van con su "zorra" (nombre bogotano para un carro halado por un caballo). Y mira las avenidas congestionadas y respira todo la contaminación que pueden guardar unos pulmones humanos. Impaciente, esta parte de mi grita, se ahoga, resucita y luego vuelve. Por alguna razón no se acuesta en el cesped de un parque a dormir a pierna suelta como lo hacen algunos hombres de la calle. Prefiere volver a escribir su asfixia.

Otra parte de mi, observa un rostro y lo posee con intensidad. Con descaro. Cuando se siente descubierta se oculta. Pero sigue espiando sin vergüenza. Ama tanto la belleza. Se siente tan plena con la luz del sol sobre un rostro espléndido.

Pero hay partes de mi, que deciden quedarse conmigo. No irse a deambular a mundos arcanos sin guía alguna, ni a beber whisky con la primera extraña que se cruce en su camino. Me acompañan a leer a Sagan, a Kundera y a William Ospina. Son mis cómplices en las intensas sesiones de lectura de prensa en los días de ocio. Y mis alcahuetas para poder perderme en lo abstracto.

Y hay una última parte, que se va a donde encuentre una buena conversación. Una parte que adora las noches bohemias y la irracionalidad. Una parte que no le teme a la estulticia y a la irracionalidad. Una parte que logra que todas las demás se duerman cada cierto tiempo, y que a veces intuyo, es la que se echa a cuestas, mi felicidad.