Ella, su perro feo y yo
Yo tenía 20 años y vivía en Popayán. Con cuatro años de estudios universitarios encima, era un tipo muy tímido con las muchachas, que reposaba su soledad en la poesía de Arthur Rimbaud y en las noches de aguardiente caucano con un par de buenos amigos que me aceptaban con mi existencialismo y mis tristezas. Entonces la conocí a ella.
Pequeñita y delgada, brotó de la oscuridad del parque de El Recuerdo, acompañada por un perro feo, negro y canoso, que nunca terminó de agradarme. Lo llevaba con orgullo y le hablaba como lo que era, su mejor amigo.
Bastaron un par de minutos para que el “galán” del trío nocturno del parque, entablara una conversación fluida con ella (Por supuesto ese no era yo, sino mi amigo E). De repente éramos cuatro las personas que discutíamos animadamente sobre el sentido de la vida en las tribunas de la cancha de microfútbol.
Ella empezó a hablar de libros que yo no había leído y de temores que yo no había experimentado. Nos miramos varias veces. Y supe que esa mujer tenía tanto que decir que era necesario compartir su vida entera para beber lo que había en su mente.
Al ver lo que estaba pasando, mis amigos empezaron a hacer de 'celestinos', y cada vez nos dejaban más sólos. Estaban felices de verme intersesado en ella. Como un par de hermanos mayores que animan a su hermanito a ser un conquistador. Como un par de viejas casamenteras que están seguras de haber armado la pareja perfecta.
Y desde ese día, y por un año, Ella, su perro feo y yo, fuimos inseparables.
17 Comments:
Qué bonito... ¡y todo por medio de los mejores amigos del hombre!
Creo que ha sido algo inolvidable para tí! Solo la necesidad de un empujoncito y listo, dos almas afines.
Un abrazo desde México
Si es que el amor es precioso ^.^ ¿Tan feo era el perro? Pobrecito xD.
Por cierto, ¿allá cuando empiezan los estudios universitarios? Es una duda xD
Me es preciso defender la honra de mi adorado Can que por cierto se llama JEREMIAS y fue la excusa mas linda para vivir ese buen año.
Me encanta como escribes, tienes una capacidad para describir todo tan bien que hasta uno lo siente. Me gustó mucho tu post de hoy.
O sea, el post podría titularse:
"Mensajera28 (por lo que leí), Jeremías (el perro feo) y Raúl" jeje
Qué buenos recuerdos nos van dejando las lindas personas durante nuestra vida..
CAriños,
Si es que los perros saben mucho del hombre :)
Saludos cordiales!
A propósito: Jere opina sobre tí que no es que le hayas parecido precisamente el humanoide mas agradecido que se le haya atravesado en su dichoso paso por el mundo; y yo digo: Larga a vida a mi can jajaja
Hola, gusto en conocerte, mejor dicho gusto en conocer tus letras, porque eso ha sido un enorme gusto.
Me atrevi a llegar aca cuando vi en otro blog que enviabas saludos desde Bogota, yo te envio saludos desde Monteria.
Espero me visites en mi sitio alguna vez, yo seguire regresando regularmente si me lo permites...
BESO INICIAL
GUADALUPE
http://elbagajedeladiva.bitacoras.com
muy bonito. Y seguro que aprendiste, amaste y tienes mucho para recordar
un abrazo
Y despues? Espero que sigas con las historia...
I.
No me dejes así con la curiosidad, quizá no quieras contar que ha pasado después, pero me intriga. Me gustó mucho como desarrollaste la historia. Un abrazo!
Después de esta manera de relatarnos ese momento y mucho más, me sorprende que te cuestionaras sobre si seguir con el periodismo... esto ha sido maravilloso.
Me gustaría saber qué tan feo era el perro... ¿Era irreconociblemente horrible, tal que no parecía perro, o tenía más bien una cara poco acogedora, qué sé yo?
Me cuesta pensar en un perro feo, pero la historia es muy linda. Saludos desde Chile!
Bonita historia y, como siempre muy bien contada,me alegra saber que comparto contigo el haber pasado innumerables soledades con Rimbaud; seguro que incluso también con Baudelaire y otros tantos...
Pero la verdadera magia, ese gran poema de nuestras vidas está en ese momento que describes, cuando esa actitud de "maldito" que alguna vez hemos llevado todos, se ve entremezclada con el calor de la amistad y el compañerismo, con esos placenteros momentos de charla con nuestras más queridos confidentes... es entonces cuando, por primera vez, aparece ella... y todo se hace poesía.
Salud y Fraternidad
Me gusta como lo cuentas, de forma sencilla y con pocas palabras nos das a conocer una bonita relación en la que está incluido un feo perro que seguro era maravilloso.Un abrazo
Ay! qu� linda la historia!
Pobre perro, no lo trates de feo, que se puede enojar.
Saludos,
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