Cosas por decir
Hola amigos,
Hace días que no estoy escribiendo con la misma frecuencia de antes. Las razons van desde un romance breve pero intenso, hasta una seguidilla de visitas de viejos amigos, que han pasado por la encantadora Bogotá en estos días.
De lo primero he de decir que fui muy feliz. Que fue un amor prohibido. Que me olvide hasta de mi mismo. Que me recordó que estaba vivo. Que aún estoy viviendo los últimos coletazos de esos días de locura que recoradré siempre caundo pase por la 19 con séptima. Y que sigo extrañando.
De lo segundo, un breve resumen.
Domingo antepasado: Mi amigo Bladimir estuvo presentando su entrevista para ser admitido a Neuropediatría en la Universidad Nacional de Colombia, mejor conocida como La Nacho. No nos veíamos hace cuatro años. Fue umn rato chévere, conversamos bastante y revivimos viejos tiempos. Incluso se llevó a mi tía a tomar té al Café Salerno, detalle bastante impactante. Bien por Bladimir, espero realmente que pase a la especailidad que tanto desea.
Lunes y Martes en la noche: Pasó mi gran amigo Guido Gavilanes por Bogotá. Estuvimos cenando en "Sopas de Mamá y Postres de la Abuela", donde engullimos buenas dosis de grasa preparada a la Colombiana, con chorizo, papá criolla, rellena y demás. Un buen desquite para este amigo que vivirá tres años más en Turin, y que ya debe haber comido todo tipo de pastas en el primer año que acaba de completar allá. (Terminó Maestría en Comunicaciones Ópticas y ahora va por el doctorado, en el Politécnico de Turín. El Martes cenamos en la hamburguesería El Corral. Excelente. Si vienen a Colombia no dejen de visitarla. Esta noche de martes fue una buena excusa para ver a mi gran amiga Toya, que está esperando un niño para finales de Enero. Tal vez se llamará Santiago. Y yo lo querré mucho.
El miércoles fue de estadio. Millos vs. Huila. Todo sea por acompañar a mis primitos. Millos ahora va bien, y mi Atlçetico Nacional está en porblmas pues ayer perdio con el Tolima. El CAmpín de Bogotá es un estadio hermoso. Me gustço el ambiente. Me gusto la alegría de dos de mis primitos que fueron por primera vez. Un partido sufrido, pero excelente. Una buena oportunidad para compartir con mi amigo Alejo, ilustre hincha de Millos, el equipo embajador, el onceno azul, el 13 veces campeón de Colombia.
El jueves fue para Karina. Ella es blanca delgada y linda. Esta reloca. Es veterinaria y es medio hippie. Me hizo meter a un sitio llamado La Pajarera a buscar collares y pulseras. Ella es la única capaz de hacerme meter a un sitio así. Confieso que me dio miedo, pues también ibamos con su prima Damielita, una hermosa niña con facciones perfectas y con la inocencia tatuada en el rosotro. No pasó nada, pero de sólo estar allí me dolió la cicatriz de la puñalada. Caminamos un buen rato por el centro de Bogotá y la terminé pasando bien. Con Karina todo es chévere.
El viernes, el bautizo de la nueva ahijada. Laura Natalia, es la cuarta integrante del club de este Padrino. Se une a Daniel del Río, Leo y Andrés (los dos últimos ya dolescentes y ahijados de confirmación). Misa de 3 horas. Almuerzo delicioso, incluyendo un rollo de piernita de cerdo. Me faltó comer más. Pero es que a las 3 PM llegaban mis super amigos Darío y Eduardo, para la tercera convensión de los superamigos.
Viernes en la tarde, sábado y domingo, fueron días para pasear por Bogotá. El Cinedomo de Maloka, para ver películas en pseudo- tercera dimensión. Espectacular. Usaquen con su magia colonial, sus cervecerías y buenos restaurantes. La torre Colpatria para ver a Bogotá desde lo alto (en lo personal me decepcionó). La Candelaria y sus calles estrechitas y coloniales, que contienen buena parte del poder político del país. La pista de Kartz de la Autonorte con Calle 200, donde de nuevo quedé de último por miedoso. El cerro de Monserrate y el tamal con chocolate. Los Outlets de la Avenida de las Américas. La bolera del Salitre. La casa de la cerveza en el gomelísimo y hermoso Parque de la 93. Los super arreglos navideños del Centro Andino...
Y antes de que mis amigos regresen a Pasto y Popayán, repsectivamente, vamos a ir a Salitre Mágico, a ver si la Montaña Rusa o el apocalipsis logran marearnos. Así que por ahora, esto es todo amigos. Seguiré informando.
Un abrazo para todos, los quiero mucho.
Posdata en clave: Siempre voy a creer en Ulises y en Omar. Siempre. Se que está locos pero los locos cambian el mundo. Un brindis por los hermanos Wright, que no desitieron de volar por que la mamá les dijo que se iban a matar. Ja ja ja.