miércoles, agosto 30, 2006

Poesía 31

La yerba es una biblia y la oscuridad, un lienzo virgen.
Las manos son el mapa para recrear el mundo.
La luz es un verso que le habla a los ojos.
Los refelejos son un fósiles efímeros.

(Los evangelios que duermen en tu imaginación son la verdad)

La tierra es la carne del planeta y la madera, su sudor.
Los escarabajos son los niños de las flores.
Los paisajes son los sueños de las piedras.
Los rostros, las esculturas de la piel.

(La realidad no es más que otra metáfora)

jueves, agosto 17, 2006

Cóctel

-El taxista demente acelera apenas observa al travesti que está cruzando la avenida caracas. "¡Huy, miren a este marica!" dice antes de realizar su acto criminal. Afrotunadamente el travesti es más rápido y alcanza la acera para salvar su vida. A. y yo vamos en el taxi y no podemos creer lo que acaba de pasar.

-La chica se quita la ropa mientras la canción de Sting sigue avanzando. No se ve triste. Es tierna. Y esa belleza no la opacan las complicadas maromas sobreactuadas a las que aveces recurre. Se ve más hermosa vestida y hablando de su hijo.

-El embetunador que se nos acerca a las once de la noche está buscando dinero para pagar una habitación donde pasar la noche. Es un hombre negro de barba que no duda en sonreir un poco a pesar de que tuvo que dejar su ciudad natal, Tumaco, por la guerra que afecta a Colombia.

-Mi amigo C.V. quiere modificar a la raza humana para que se comporten más solidariamente "como las abejas". Las dos personas que estamos con él lo miramos con terror antes de que suelte una de esas risotadas de científico loco que nos hacen quererlo más. C.V. es duro de discruso pero es un tipo "buena gente".

-I. y yo no hemos parado de criticar al gobierno de Uribe. Entre cervezas y razonamientos confusos, no paramos de coincidir en nuestra inconfromidad frente a una sociedad en la que mucha gente nace condenda a la miseria.

-En "El goce pagano" todos bailan animadamente. El olor a cigarrillo y el ritmo de la salsa gobiernan el lugar. Sólo M. y yo charlamos animadamente sobre las diferencias entre Colombia y Alemania, país donde él estuvo trabajando por un año. "Allá extrañaba a Colombia. Aquí y ahora, quiero volver. Extraño el orden".

-C. y yo observamos la película "Grandes Migraciones" en el cine domo de Maloka, aquí en Bogotá. "Ahora entiendo por que quiero migrar a España, está en mis genes" dice C, nieto de un Catalán. La historia de las mariposas monarca (que migran cada cuatro generaciones) lo dejó conmovido. Extrañaré a C. si se va, pero sé que es lo mejor para él.

-Yo, sentado en mi oficna, e integrado totalmente al mundo capitalista, recuerdo la charla que sostuvimos C. I. y yo. Es duro darse cuenta del estado de las cosas, y luego reintegrarse a las labores diarias.

(-Otra cerveza por favor. Si, de la que tiene más grados de alcohol. Realmente la necesito)

martes, agosto 08, 2006

Cofres abiertos

No te prometo nada. Mis poros han tomado ciertos hábitos que ya no puedo controlar. Tienen vida propia y no han hecho más que ignorar mis ideas. Y mis lineamientos.

Cuidado. A veces se quieren tragar hasta a si mismos. Parecen ser individuos que quieren poseerse. Y a veces no se bastan y quieren vaciar su deseo sobre el mundo.

Es mejor no hablar. El aire que juega en mis pulmones tiene su propia música. Y la quiere interpretar en algún cuello. No sabe de límites ni de partituras.

No puedo hablar, porque no me habito. Mis dedos tienen vocación de ejercito imperial. Mi consciencia nunca se llevó muy bien con ellos. A veces simplemente la gobiernan.

No te prometo nada. Mis uñas saben de buscar tesoros y no gustan de mapas. A veces excaban indelicadamente en propiedad ajena. Sólo entienden de cofres abiertos.

martes, agosto 01, 2006

Like a rolling stone

(Interpol al fondo, cortesía de Giro)

Los dedos contra el teclado, y en el cuerpo, la sensación de casi 12 horas pegado a un asiento. Afuera, las luces de los carros parecen invitar a la locura y al movimiento. Las voces de los porteros se mezclan con los sonidos de los motores y los neumáticos.

Esa luz en el poste podría ser mi luna. Y yo podría cortejarla.

No quiero imaginar lo que esconde la cortina del edificio del frente. ¿Tal vez algo de acción? ¿Un poco de vida? ¿Alguna de esas acciones que Calamaro dice que uno borra con la mano después de hacer con el codo?. Esa luz que se torna amarilla parece burlarse de mi lunita personal y de la cripta sin paredes que es la calle al inicio de la noche.

Y ese perro podría ser mi hermano. El cree que no está perdido. Y adora la seguridad que le dan las cuarenta manzanas que conoce. Pero yo quiero creer que si está perdido, para no sentirme tan solo. Porque la soledad de su pelaje blanco en esta noche me recuerda a mis manos.

No quiero imaginarme que pasa dentro de ese carro. Dentro de ese hogar movil que me desconcentra. Tal vez unos tres pecados de los que yo necesito. Una selección de equivocaciones hechas un hombre feliz dispuesto a aconsejarme. O una mujer loca lista a llevarme a la perdición.

Esos gritos lejanos parecen corresponder con mi nombre y parecen retar mi soledad. Hacen referencia a la cita a ciegas que no cuplí. Y a la película que no estoy viendo. Y a las personas a las que les he pagado mal. Por eso ignoro los gritos y me ocupo de mi luna. De la luna que se puede ver desde mi escritorio.

No se bailar. Y me da envidia de la sutil elegancia del árbol de más allá de la persiana y de la cadencia con que besa al viento. Y de la danza estática del farol con los transeúntes. Y de la coreografía que hacen las luces de la calle cuando me atrevo a juntar mis ojos.

Y envidio a mis dedos y a su romance con el teclado.

(Ahora escucho el nuevo disco de Perales)

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